Las perdices son escurridizos e impredecibles. Se acercan a tu cara y desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. Las perdices en particular, presentan uno de los últimos desafíos de la caza con alas.
Generaciones de presión de caza han dotado a estas aves de una actitud de pelos de punta y de un arsenal de tácticas evasivas. A veces no hay una manera fácil de conseguir una sabrosa comida de una perdiz, pero los siguientes consejos para cacería de perdices deberían ayudar a mejorar sus probabilidades:
1. Aligere la carga
Opte por una escopeta ligera de calibre 12, 16 o 20, que pese alrededor de seis o siete libras. Las escopetas pesadas para la caza de aves acuáticas desgastan los brazos y son demasiado lentas a la hora de dar en el blanco. Los cañones largos, por su parte, se enredan en la vegetación cuando se abaten sobre un pájaro. La velocidad mata en la caza de perdices porque las aves suelen estar en la espesura y desaparecen de la vista en un par de segundos. Las escopetas Side-by-Side, Over/unders, Pump y Autoloaders pueden hacer el trabajo, siempre que sean ligeras y rápidas.
2. No se ahogue
El choke de cilindro o de skeet es el camino a seguir. La mayoría de los disparos serán a menos de 25 yardas, y estos chokes proporcionan un patrón letal para la perdíz hasta 30 yardas. Cuanto antes se expanda el patrón, mejor será el tiro a corta distancia. Y si está cazando en la cobertura adecuada, sus disparos serán a corta distancia (10 a 20 yardas). Los perdigones pequeños tienen un patrón más amplio a esas distancias, lo que hace que el tiro #7 1/2 sea una buena opción hasta que caigan las hojas. Cambie al #6 después de eso, cuando los disparos pueden ser un poco más largos y los pájaros más emplumados.
3. Cuidado con el gallinero
A primera y última hora del día, cace el borde de los bosques de abetos o pinos. Los perdices se posan en las coníferas por la noche, y luego suelen bajar volando al amanecer para alimentarse en el borde del bosque. Su búsqueda de alimento puede llevarles bastante lejos, pero hacia el atardecer volverán a estar cerca de su zona de dormidero, rellenando sus cultivos para la noche.
4. Estar en guardia
Se necesita un disparo rápido para abatir una perdiz en una zona muy cubierta, porque el ave entrará y saldrá de la vista durante un par de segundos. El disparo rápido requiere estar preparado en todo momento. Esto significa sostener el arma con ambas manos, con la boca del cañón a la altura de los ojos y la culata en la cintura. Y debe estar preparado para quitar el seguro en un instante.
Si la escopeta está sobre el hombro o en el costado con una sola mano, está dando un paseo y no está cazando perdices. Por último, mira hacia adelante a la altura de los ojos mientras caminas, no hacia abajo en la cubierta; un pájaro podría explotar en tu línea de visión en cualquier momento.
5. Permanezca en el borde
A los urogallos les encanta la cobertura de los bordes. Desde media mañana hasta el final de la tarde, los encontrará donde el bosque se encuentra con el campo, el pantano o el camino forestal, o donde el bosque maduro se encuentra con el nuevo crecimiento. Los bordes proporcionan una variedad de fuentes de alimento que no se encuentran en los bosques maduros y abiertos.
Busque a los perdices donde el suelo esté cubierto de ensalada -plantas pequeñas y frondosas, bayas, semillas y setas- y no de hierba larga y densa. Las zonas desbrozadas, las quemas de 10 años y las fincas cubiertas de vegetación que están siendo colonizadas por álamos son buenos lugares para buscar, ya que los urogallos se alimentan en gran medida de los amentos de los álamos. Nota: si la caminata es fácil, sin matorrales que desgarren las piernas del pantalón, no estás en el lugar correcto.
6. Abrazar los árboles
Durante el invierno, los perdices se pegan a los grupos de coníferas para calentarse y refugiarse; los árboles de hoja perenne rompen el viento y permiten a las aves conservar el calor corporal vital. En las tardes soleadas, los urogallos se aventuran a alimentarse de los amentos de los álamos, sauces o abedules. También se alimentarán de las agujas de los abetos, por lo que hay que buscar en los bosques de abetos en los días ventosos de finales de la temporada.
7. Escuche las pistas
Los perdices escapan por sorpresa, pero a veces se delatan unos segundos antes de salir. Cuando un cazador se acerca a una bandada de perdices jóvenes, los pájaros se dispersan y hacen ruidos de pío para localizarse entre ellos antes de salir. Si oye los pitidos, prepárese. Lo mismo ocurre con los ruidos de susurro; los urogallos suelen correr un par de pasos para encontrar una ruta de vuelo clara antes de salir.